Creo que no hay nada como
un cumpleaños para recordarle
a uno de la persona y el cariño
que uno tiene para él.
Hoy celebramos el cumpleaños
del padre de mis hijos. Siempre
recuerdo tantas cosas de él, pero
hoy, aún más.
Sé que lo he dicho a gritos como
veinte mil veces que fue el mejor
profesor que jamás tuve. Ni se
imaginen a este hombre en frente
de un salón de clases. Pura magia.
Obviamente, tocó las vidas de
muchos estudiantes!
Gocé también su música. Tocaba
la guitarra y cantaba como un
ángel. Gracias a Dios, compartió
ese don con su hijo.
Pero, he de decir que la mayor
dicha fue haberme dado los dos
mejores regalos del mundo . . .
mis hijos.
No hay nada en el mundo por
igual . . . Ojalá que se de cuenta
allá en su cielo azul, que hoy le
recordamos con mucho afecto,
cariño, y respeto . . . Don Luis!
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