Ya que fue en México donde fui
abrigada con la bendición de la
maternidad, supongo que es natural
que celebro el 10 de Mayo en vez
del Mother's Day de los EEUU.
Aunque me he olvidado de muchas
cosas en mi vejez, dando a luz a mis
bellos hijos no es una de ellas! Traje
al mundo a mi baroncito en Navojoa,
Sonora. Ahí vivimos ocho años, si no
me equivoco.
A mi bella nena le di a luz en Nuevo
León, en la ciudad de Monterrey. Es
interesante todo el proceso; los planes,
el embarazo, el dolor del parto, por fin
el nacimiento . . . y lo único que uno
recuerda es el momento en que el nene
descansa en los brazos de su madre.
Veo una seria de fotos en mi mente
como si estuviera hojeando toda la
colección. Una en particular . . .
sentándome en la sala, dando pecho
a mi hijita y se acera mi niño para
dar y recibir un abrazo tierno. Ojalá
que en el día los ángeles vienen por
mi, que ese sea mi última visión.
Obviamente, en la vida nos toca amar
a muchas personas; nuestros padres,
los conjugues, las amistades . . . pero
nunca jamás se quiere a nadie como
a los hijitos del alma. Sin lugar a duda,
son el milagro más grande jamás
encontrado . . .
Les ruego a los dioses que se les
cuide más allá del más allá . . .
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